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Hoy en día está muy de moda empoderarse, y está muy bien, porque eso significa que estamos despertando la consciencia sobre nuestro poder personal, hasta dónde puede llegar y qué significa. Pero no se trata de una palabra a manejar como sinónimo de «todo lo puedo», porque por más que te lo propongas, no funciona simplemente así porque sí…

Pero entonces ¿Qué es esta palabra desvirtuada de su verdadero significado? ¿Cómo puedo saber si realmente soy una persona empoderada?

¡Aquí te dejo cuatro claves para descubrirlo!

1. Empoderarse es practicar la libertad

"Soy dueño/a de mi tiempo y de lo que quiero hacer con él".

A veces nos tomamos el lujo de menospreciar ciertas cosas que deberían ser más apreciadas en nuestras vidas, como la libertad. Pero no hablemos de «libertad» como si significara «hago lo que me da la gana» o «hago lo que me toca hacer», sin medir las consecuencias.

Es natural defender la libertad que, en muchos casos, se percibe como la ausencia de restricciones externas, por eso nos enfadamos con todo aquello que nos limita, pero nos olvidamos que la libertad también implica responsabilidad, ya que ésta representa la capacidad de autodeterminación y la posibilidad de tomar decisiones propias.

Así que seamos honestos -con nosotros mismos- somos aprendices de nuestros propios errores hasta que los reconocemos, descubriendo así el valor de la libertad y de lo que nos conviene hacer o no hacer con nuestro tiempo y nuestra vida, así como desarrollar la capacidad de poner límites sanos.

2. Sin sueños ni metas claras, no hay poder

La pasión es la fuerza que nos mueve y el propósito es aquel destino al que queremos llegar, la persona en la que queremos convertirnos desde el día uno, direccionando nuestra actitud y la ruta que debemos tomar. De ahí nace nuestra fuerza de voluntad, la cual es capaz de llevarnos a momentos y lugares inimaginables.

Entonces, para empoderarnos debemos preguntarnos: «¿A dónde quiero llegar y en quién quiero convertirme?», para diseñar una rutina y un plan de acción manejables, que nos haga capaces de llegar hasta ahí, abrazando nuestros valores y gestionando mejor nuestro tiempo, de forma realista. Construyendo una serie de hábitos que nos impulsarán a mejorar nuestra calidad de vida.

Y luego, debemos remangarnos e ir a por ello, actuar.

Además, reconocer el valor de gestionar eficazmente nuestro tiempo es crucial para lograr el éxito y la satisfacción personal. Esto incluye establecer límites personales, practicar la autodisciplina y honrar los compromisos que hacemos con nosotros mismos.

3. El poder de la perseverancia

Radica en la capacidad de mantener un enfoque sólido y una determinación inquebrantable para alcanzar metas a largo plazo -a pesar de los obstáculos y desafíos que puedan surgir- adoptando una mentalidad de aprendizaje, viendo los desafíos como oportunidades de crecimiento, desarrollando resiliencia ante los momentos de pérdidas y fracasos.

La perseverancia implica un compromiso firme con el avance continuo hacia metas significativas, y puede generar logros notables a lo largo del tiempo.

4. Emociones empoderadas

Por último, es fundamental explorar estrategias específicas que nos ayuden a liberarnos emocionalmente y buscar oportunidades de resiliencia.

Esto implica reconocer y abrazar nuestra legitimidad y la autoridad que nos otorgamos a nosotros mismos, fomentando un sentido de autorresponsabilidad.

Enfrentar y superar fijaciones y miedos es un aspecto significativo de este viaje. Reconocer la fuerza que proviene de entender nuestras vulnerabilidades y aprender a apoyar a otros en situaciones similares es igualmente importante.

También es crucial abordar emociones incómodas y navegar por ellas con compasión y comprensión. Así como concedernos la libertad de liberar (valga la redundancia) la presión de necesitar tenerlo todo resuelto o bajo control.

La persona que se empodera es aquella que decide cambiar y mejorar su vida, gracias a su propio cambio.

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