^{Por: Jessika Banzer
Extraído de su cuenta de Instagram:}

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Según NY Times, casi 3/5 de toda la ropa termina en incineradores, vertederos o el fondo del mar, dentro de un año de su producción. Consumimos más cantidad de ropa y a su vez dura menos en nuestros armarios.

La industria textil y de la moda, es la segunda más contaminante después de la del petróleo. Es un fenómeno llamado Fast Fashion y está causando estragos en nuestro planeta.

Filosofía slow fashion

Existe un fuerte compromiso con la producción sostenible #slowfashion, Se han iniciado medidas para reducir las emisiones de carbono: agricultura sustentable, textiles naturales, energías renovables, minimización de residuos, envases biodegradables, reciclar, donar o revender prendas, #swapchain, #fairtrade, son las mejores opciones, pero tenemos que empezar a mirar con otros ojos nuestro armario.

Nuevas marcas emergentes como @salvebolivia, han estado empleando el proceso de reciclaje de nuevas maneras, #Upcycling lo que generó una tendencia que está cobrando un gran impulso, “Upcycling representa la conexión de la muerte y el renacimiento de una prenda, y cómo estamos constantemente compilando fragmentos del pasado, para construir el #futuro”.

El auge de estas prendas recicladas, contribuye a la compra sostenible, comentarios culturales, preservar piezas de arte y un sentido de conexión.

Otra iniciativa es el movimiento #FashionRevolution o #EthicalFashion que pretende conectar los cabos sueltos en la cadena de producción textil y de moda, entre quienes confeccionan la ropa y los compradores, como hemos visto en diseñadores bolivianos que han expuesto sus colecciones sustentables en @dabbolivia y @bomooficial.

Las marcas deben participar, no solo porque está de “moda”, sino porque es necesario; “O eres parte del problema o de la solución” .

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